Andrés Manuel López Obrador retomó las prácticas de antaño; la movilización del último domingo del mes de noviembre rememoró lo hecho por los ex presidentes priistas Luis Echeverría y José López Portillo, con quienes comenzó el declive económico y social del país.

El líder supremo fue cobijado por sus seguidores y beneficiarios.

Como si fuera un acto de campaña, el tabasqueño dio lectura de los alcances de su administración y de la “nueva” forma de hacer política.  

“Sigamos haciendo historia. Continuemos impulsando la revolución de las conciencias. Hagamos realidad y gloria el Humanismo Mexicano”, exclamó el ferviente admirador de Benito Juárez ante miles de personas que lo acompañaron en la celebración por cuatro años de la Cuarta Transformación.

En el Zócalo de la Ciudad de México, el jefe del Ejecutivo presentó 110 acciones y logros de la administración que encabeza, guiada por principios políticos, económicos y sociales a los que denominó ‘Humanismo Mexicano’.

“Aun cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir, en el terreno teórico, el modelo de gobierno que estamos aplicando. Mi propuesta sería llamarle: ‘Humanismo Mexicano’ no solo por la frase atribuida al literato romano Publio Terencio, de que: ‘nada humano nos es ajeno’, sino porque, nutriéndose de ideas universales, lo esencial de nuestro proyecto proviene de nuestra grandeza cultural milenaria y de nuestra excepcional y fecunda historia política”, explicó.

Tras encabezar la marcha, que inició a las 9:00 horas en el Ángel de la Independencia, afirmó que la nueva política económica, moral y social consiste en fomentar el progreso con justicia, es decir, la distribución equitativa del ingreso y la riqueza.

“El fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores. (…) El aumento al salario, el reparto de utilidades y los Programas para el Bienestar se han convertido en nuevos y eficaces medios para la distribución más justa de la riqueza”, aseveró.

A decir del mandatario, puntualizó que más allá del crecimiento económico –el cual aumentará 3.5 por ciento este año y para 2023 y 2024 se prevé que será del mismo porcentaje–, es fundamental desterrar la corrupción y los privilegios para destinar lo obtenido y ahorrado en beneficio de la mayoría del pueblo, particularmente a los más pobres y marginados.

“‘Por el bien de todos, primero los pobres. Esta frase debiera ser la esencia de la actividad política porque es sinónimo de humanismo y una forma distinta de entender la importancia del poder, cuyo ejercicio, como he dicho muchas veces, solo es puro y virtuoso cuando se pone al servicio de los demás”, enfatizó.

Durante el acto, se le vio contento al presidente de la República; incluso, con su vista de águila, celebró la participación de muchos jóvenes y de una nueve clase política, e hizo un guiño a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y las huestes morenistas que la cobijan; “me hizo muy feliz; hay relevo generacional”, dijo.

Cuando arribó a la Plaza de la Constitución e inundado por la emoción, emitió su mensaje a cientos de seguidores alrededor de las 15:00 horas, ahí el mandatario destacó que el Plan de Austeridad Republicana, por ejemplo, ha permitido ahorrar 574 mil millones de pesos y la reducción del gasto en publicidad del gobierno generó 42 mil millones de pesos extra.

Esos recursos, acotó, se destinan a la población a través de obras de infraestructura y Programas para el Bienestar, que actualmente llegan a 30 millones de familias del país, es decir, al 85 por ciento de los hogares.

“Atender a los más pobres es también ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar una realidad de opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna”, aseveró.

Aprovechando el furor, López Obrador dictó una breve clase de historia, retomando los ideales de personajes históricos como Miguel Hidalgo y Costilla y Francisco I. Madero, para justificar que la Cuarta Transformación no acepta el derrotismo y apuesta por las libertades; además, de que defiende la democracia y tiene un profundo amor al pueblo.

“¿Quién defiende realmente a un gobierno democrático? El pueblo. (…) ¿Quién respalda la Cuarta Transformación? El pueblo. Por eso nunca jamás vamos a traicionar al pueblo. (…) Algo básico y esencial: nada se logra sin amor al pueblo”, remarcó.

Antes de concluir su mensaje, López Obrador puso el dedo en llaga y envió una reflexión a toda persona que desee aspirar a cargos de elección popular y afirmó que ya pasaron las épocas en las que los políticos podían simular para ganar la simpatía de los votantes.

Aseguró que ahora “lo principal es tenerle amor al pueblo. (…) Sin ese sincero sentimiento, nada bueno se puede hacer en la vida y menos en la política. (…) La auténtica política es profundamente humana en su fundamento, esencia y, sobre todo, cuando se practica en bien de todos y de los pobres en especial”, subrayó.

El presidente López Obrador agradeció a las y los servidores públicos que lo acompañan en el gobierno federal, especialmente a integrantes del Gabinete Legal y Ampliado, quienes marcharon junto a él este día para conmemorar el cuarto aniversario de la transformación del país.

“No a la reelección”

“¡No reelección!”, fue el mensaje que una y otra vez gritó el líder supremo ante una multitud que marchó con él durante casi seis horas por el Centro Histórico de la capital mexicana, que tomó el Zócalo y se desbordó por las calles aledañas. “¡Por el bien de todos, primero los pobres!”, repitió al iniciar su mensaje; un ideal que lo ha acompañado casi tres décadas, desde que era apenas un líder social.

“No a la reelección, nosotros somos maderistas, sufragio efectivo, democracia efectiva, no reelección”, reiteró el hijo favorito de Macuspana.

Por cierto, sus “corcholatas” no dejaron sólo a López Obrador. Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, lo escoltaron. Durante la marcha fue evidente la ausencia de Ricardo Monreal, quien parece estar decidido a dejar Morena, el partido del que también es fundador y que ahora pone una raya en medio.

Los poblanos no fallaron a la cita

Los poblanos atendieron el llamado del líder moral de la 4T y acudieron a la cita puntualmente. El gobernador Miguel Barbosa encabezó el contingente; además, acudieron sus principales “corcholataas”, léase, Olivia Salomón, Sergio Salomón Céspedes, José Antonio Martínez García, Julio Huerta. El senador Alejandro Armenta no faltó a la cita, al igual que el diputado Ignacio Mier, quien se perdió en la marea guinda.

La marcha en fotos

Fotos: Presidencia